ARQUITECTURA BIOCLIMÁTICA: Casas eficientes y ecológicas
La arquitectura bioclimática se centra en el diseño de edificios teniendo en cuenta las condiciones climáticas, aprovechando los recursos naturales (sol, vegetación, lluvia, vientos) para disminuir el impacto ambiental y contribuyendo a la reducción de consumo energético. Está, por tanto, íntimamente ligada a la construcción ecológica.
Esta modalidad arquitectónica se lleva a cabo de manera estratégica, con el objetivo de conseguir el máximo confort térmico a través del mínimo consumo energético. Diseños creativos, inteligentes e innovadores, para beneficiarse del clima local y de las ventajas que ofrece el entorno en términos de bienestar y ahorro de energía.
Por ejemplo, algunas de las ventajas de la arquitectura bioclimática para combatir el calor son:
- Orientación para proteger la vivienda del sol: En general, en el hemisferio norte, lo mejor es orientar la vivienda al sur para evitar que, durante la época estival, el calor sea insoportable por la incidencia directa del sol, así como el uso de elementos de protección pasivos (voladizos, porches, pérgolas, etc.) que protejan de la radiación directa sobre muros o ventanas.
- Aislamiento y revestimientos en colores claros: Soluciones constructivas de cerramientos, huecos y puentes térmicos. También es imprescindible el uso de pinturas o materiales reflectantes térmicos en la cubierta o fachada del edificio.
- Ventilación cruzada: Las ventanas estarán ubicadas en fachadas opuestas, transversales a la dirección de los vientos dominantes, para lograr corrientes de aire. En los días calurosos de verano, lo eficaz será ventilar únicamente durante la noche.
- Forma compacta e inercia térmica: Lo recomendable en términos energéticos es que tenga una forma compacta sin numerosos huecos, entrantes y salientes. La altura para conseguir una mayor ventilación también será importante.
Una vivienda bioclimática puede conseguir un gran ahorro e incluso llegar a ser sostenible en su totalidad.
Aunque el costo de construcción de un edificio de este tipo es más alto, su rentabilidad es óptima ya que, el incremento en el costo inicial, puede llegar a ser amortizado en poco tiempo al disminuir los costos de operación. Además, gracias a las soluciones satisfactorias que aportan, se puede llegar a conseguir un ahorro energético de hasta el 80%.
Estas construcciones llevan un gran aislamiento térmico, un riguroso control de infiltraciones y una máxima calidad del aire interior. Aprovechamos la energía del sol para una mejor climatización, reduciendo el consumo energético.
Fernández Molina se adentra en este proyecto residencial que apuesta por la sostenibilidad, el cuidado del medioambiente (tendencias que comentábamos en el anterior post del blog) y el ahorro energético.