En la actualidad, la demanda de una arquitectura más sostenible está a la orden del día. Los niveles de contaminación alcanzados en las últimas décadas hacen que cada vez se tomen más medidas para intentar paliar el impacto medioambiental de la construcción, un sector responsable de más del 40% de emisiones de CO2 del planeta y consumidor de un 40% de la energía mundial.
Afortunadamente, cada día existen más alternativas sostenibles a la hora de seleccionar materiales de construcción cuya fabricación, colocación y mantenimiento respondan a un mínimo impacto medioambiental.
Gracias a la combinación de estos materiales con otras técnicas arquitectónicas, tales como la orientación, cerramientos o aislamientos, podemos conseguir un gran ahorro energético y una enorme reducción de la huella de CO2 de nuestra vivienda. Es decir, una arquitectura más sostenible.