La gran mayoría hemos visto y/u oído hablar de la famosa estatua del Oso y el Madroño que se encuentra situada en la Puerta del Sol de Madrid, y que, además, es ya todo un signo emblemático de la capital. Pero muy pocos saben que dicha escultura lleva la huella de Fernández Molina.
El Oso y el Madroño es una escultura de Antonio Navarro Santafé, la cual representa las armas heráldicas de Madrid. Su escultor dijo inspirarse para esta obra en un oso pardo macho de la Casa de Fieras del Retiro, capturado en los Picos de Europa.
La estatua fue inaugurada el 10 de enero de 1967 en la cara oriental de la Puerta del Sol, y nuestro fundador, José Fernández Molina, fue el artífice de su instalación.
Aunque siempre ha estado situada en la Puerta del Sol, esta escultura ha contado con dos ubicaciones diferentes dentro de la plaza. Hasta 1986 estuvo en el lado oriental de la misma. En ese año fue trasladada al inicio de la calle del Carmen, debido a unas obras y reformas. Más tarde, en septiembre de 2009, con la renovación integral de la plaza, volvió a su emplazamiento original.
Los materiales de los que está compuesta esta estatua son piedra y bronce. Sus dimensiones son de, aproximadamente, 20 toneladas y 4 metros de altura.
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