El interior de las viviendas es una importante causa de la contaminación ambiental (un 20%), por lo que los responsables no son únicamente las industrias y los vehículos. Lo somos todos.
Cada vez son más las viviendas que se proyectan bajo los parámetros de la ‘Passivhaus’ o ‘Casa Pasiva’, una tendencia arquitectónica con conciencia ecológica que, además, mejorará tu vida (y tu bolsillo).
Las 3 características que definen el estándar passivhaus:
Estas construcciones llevan un gran aislamiento térmico, un riguroso control de infiltraciones y una máxima calidad del aire interior. Aprovechamos la energía del sol para una mejor climatización, reduciendo el consumo energético.
Este estándar no supone el uso de un tipo de producto, material o estilo arquitectónico específicos, sino la optimización de los recursos existentes a través de técnicas pasivas, como por ejemplo un buen factor de forma que reduzca la superficie en contacto con el exterior, o una orientación correcta de las ventanas para aprovechar el calor del sol cuando están cerradas y la ventilación natural al abrirlas, o bien poner protecciones solares que impidan un sobrecalentamiento en verano.
La poca energía suplementaria que requieren se puede cubrir mediante energías renovables, convirtiéndose en una construcción con un coste energético muy bajo para el planeta y para el propietario.
Passivhaus es tendencia, sinónimo de confort y, además, el uso adecuado de la potencia energética, es más saludable y alarga la vida.