La rehabilitación energética no es simplemente una renovación; es una transformación profunda y necesaria de nuestros edificios, enfocada en reducir drásticamente las emisiones de CO2 y avanzar hacia una transición energética sostenible. Este proceso es crucial para adaptar nuestras estructuras a los retos medioambientales actuales y futuros, asegurando que cada espacio sea más eficiente, a la vez de más respetuoso con el planeta.
La rehabilitación energética de los edificios o viviendas representa una inversión sumamente rentable a largo plazo, que trae consigo una serie de beneficios tangibles tanto para propietarios como para ocupantes:
Independencia energética: mejorar la eficiencia energética reduce la dependencia de los recursos energéticos externos, lo que protege a los edificios de las fluctuaciones de precios en el mercado energético y proporciona una mayor estabilidad financiera a largo plazo.
Las intervenciones que se clasifican dentro de la rehabilitación energética son aquellas que logran una reducción significativa, al menos un 30%, del consumo de energía primaria no renovable, o que consiguen elevar la calificación energética del edificio hasta una clase «A» o «B». Es esencial contar con un certificado de eficiencia energética actualizado, emitido por un técnico competente antes y después de las obras, para verificar estos avances.
Hermeticidad
La hermeticidad actúa como la piel del edificio, controlando la entrada y salida de aire para evitar corrientes no deseadas. A pesar de que algunas construcciones puedan parecer beneficiarse de juntas mal selladas para «mejorar» la ventilación, en realidad, una buena hermeticidad es fundamental para cualquier construcción que aspire a ser energéticamente eficiente.
Aislamiento
El aislamiento es crucial para limitar la transferencia de calor entre el interior y el exterior de un edificio. Dependiendo de la ubicación, orientación y materiales utilizados en la construcción, la eficiencia del aislamiento puede variar significativamente. Reforzar el aislamiento térmico es uno de los pasos más efectivos en cualquier rehabilitación energética, abarcando mejoras en suelos, techos, fachadas y tabiques interiores.
Ventilación
Un sistema de ventilación eficiente es vital para minimizar el consumo energético. Es ideal que los sistemas instalados no solo proporcionen un flujo adecuado de aire fresco, sino que también gestionen de manera efectiva la extracción de aire viciado y el control de la humedad. Las opciones incluyen ventilación híbrida, que combina mecanismos naturales y mecánicos según las condiciones climáticas, y ventilación mecánica, que depende enteramente de dispositivos electromecánicos para renovar el aire.
Puentes térmicos
Los puentes térmicos se refieren a aquellas áreas, ya sean puntuales o lineales, donde la resistencia térmica es interrumpida, facilitando la transferencia de calor. Estas zonas resultan en pérdidas energéticas que impactan negativamente tanto en el aislamiento como en la eficiencia energética general del edificio.
Los objetivos del Pacto Verde Europeo establecen que para 2050 se debe alcanzar una huella de carbono neutra. Para lograr esto, es necesario que tanto los hábitos de consumo como las instalaciones de muchos inmuebles se adapten a los nuevos estándares de eficiencia energética. Aunque actualmente la rehabilitación energética de los edificios existentes no es obligatoria, es posible que esto cambie en los próximos años. En España, la meta para 2030 es que el 30% de los edificios cumplan con los requisitos del plan de rehabilitación energética, un objetivo algo menos ambicioso que el de la Unión Europea, que aspira a cifras más altas.
La situación actual en España muestra un panorama preocupante: solo el 16% de los edificios tienen una etiqueta de eficiencia energética que supera las letras E, F y G. Más alarmante aún es el dato de que apenas el 0.30% de los inmuebles cuenta con la máxima calificación energética, es decir, con etiquetas A o B. Estas estadísticas ponen de manifiesto la necesidad urgente de implementar un plan nacional de rehabilitación energética para mejorar la eficiencia de los edificios.
La rehabilitación energética de edificios es mucho más que una simple mejora estructural; es una estrategia esencial para promover la sostenibilidad, la eficiencia y el bienestar. A través de una serie de medidas cuidadosamente planificadas, no solo podemos optimizar el uso de la energía y mejorar la calidad de vida de quienes ocupan estos espacios, sino también hacer una contribución significativa a la protección del medio ambiente.
Con las metas del Pacto Verde Europeo y los desafíos actuales en España, la adopción de prácticas de rehabilitación energética se vuelve cada vez más crucial. Esta transformación ayuda a reducir las emisiones de carbono, además de disminuir los costos energéticos, aumentar el valor de los inmuebles y garantizar una mayor independencia energética, proporcionando estabilidad y sostenibilidad a largo plazo.
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